la vida en verso
Poemario de Conrado Cifuentes (Padre)
- Recopilación Abril 1997 - por Cecilia, Conrado y Daniel -

Al
Primogénito
Me pediste, Conrado, que
reuniera
versos que andaban por allí dispersos,
y entre
esos versos malos escogiera
los menos malos de los tales versos.
Escogencia que entiendo a
mi manera
difícil de lograr,
pues aunque no son versos
de primera
yo no encuentro cuál de ellos desechar.
En vista de esta duda que
me asiste
no he podido mis nervios aplacar
y estoy
desorientado, torvo y triste,
desvelado y con ganas de llorar.
Por eso, primogénito
querido,
te agradezco que olvides lo pedido.

El
Amor
Ese término, Amor,
tan inconcreto,
difícil de explicar a la carrera
trataré
de esbozar a mi manera
en este semiclásico soneto:
Al amor ningún
método previene
e impone condiciones a su dueño:
cuando
uno va a comer, hambre no tiene
y si uno va a dormir... no tiene
sueño.
Quien quiera adelgazarse,
sin temor
en consecuencia puede recurrir
a la dieta más
fácil... el amor.
Y el amor, por ventura, a
nadie mata
y si uno de ese mal ha de morir,
no importa, por
amor, meter la pata.
Mas si alguien por tal
fin la muerte hubiere
Dichoso aquel que por su amor se muere.

A
Yolanda Shat
Esta sin par Yolanda de
la endrina
y casi inverosímil cabellera,
que de tanto
ser negra uno imagina
que la antedicha auténtica no fuera.
Yo tengo la impresión
de que es genuina,
pero la duda a mi cerebro aflora
porque
Eugenio me dijo a la sordina
que en su esposa había pasta
de pintora.
Y si puede pintar esto y
aquello
y el pincel lo maneja con soltura,
pues es falso el
color de su cabello
y el azul de sus ojos es pintura.
E inmolando de un todo a
la walquiria
falso es también su proceder, se
infiere,
porque Yolanda dice que es de Siria
y Eugenio afirma
que es... de Aguerrevere.

En
El Album de Dulce María R.
Estoy tratando aquí,
Dulce María,
de exprimir mi precaria fantasía
y
darte de mis versos lo mejor,
pero injusta verdad, aunque
queriendo,
por el mismo querer me va saliendo
lo versos sin
estilo y sin color.
Por eso yo quisiera algo
imposible:
que la conciencia fuera reversible
y pudiese
mostrarse lo interior;
pues leyendo tu allí, Dulce
María,
lo que escribe de tú alma el alma mía,
sin dudas admirarías al escritor.

En
El Álbum De Elvira Ondaya
(Parte I)
En tus pupilas tiembla la
noche,
saben tus labios a uva de playa
y por tu cuerpo color de
arena
¿quién linda nena no se desmaya?
Y allí en la
orilla, sobre la arena,
junto a las matas de uva de playa,
alzar
quisiera con sal morena
un monumento de Elvira Ondaya.
Lo que se dice y lo que
se calla,
cual leve gota que se desliza,
viene silvando como la
brisa
tras la sonrisa Elvira Ondaya.
Estos ingenuos versos
que con gusto escribí para Elvira, allá por los años
cuarenta, fueron de su agrado
mas no del de su padre Don Nicanor Ondaya, catalán o vasco de
aferrado apego a la época,
cuando a las damas no se les tocaba “ni con el pétalo de una
flor”.
Cuando meses después estuve en su casa, lo primero
que hizo fue preguntarme...
¿Usted ha
besado a mi hija Elvira? ¿Por qué usted pone “Saben
tus labios a uva de playa”?
Hágame el favor de rectificar lo
que no es cierto, e inmediatamente me trajo el álbum de
Elvira.
Yo, con la timidez y la falta de cancha de los 20 años,
ante tal situación quedé confuso y conturbado
y, después de larga meditación, logré a medias
enmendar el capote...

En
El Álbum De Elvira Ondaya
(Parte II)
Yo no he probado tus
labios,
pero viendo su color
se puede sin ser un sabio
adivinar
su sabor.
Y excuse Don Nicanor
mi
vuelo imaginativo,
pues por hacerlo mejor
siempre añado
a lo que escribo
una pizquita de amor.
Fue falso el beso
mentado
que me indujo a tal error,
bello beso imaginado
que
hoy recuerdo... con amor.
Pese a esta humilde
confesión de mi parte, la expresión del rostro de Don
Nicanor fue de desagrado.
Creo, si no escuché mal, que la única palabra que emitieron sus labios fue... !Joder!

Tú
Lo Eres Todo
Tú eres para mí
la vida,
la luz, la fe, la ilusión,
eres llama, eres
tizón
y eres antorcha encendida,
eres vela derretida
y
candelabro de altar,
eres un faro de mar
que alumbra las penas
mías,
bombillo de cien bujías
y hasta pasta de
afeitar.
Para mi tú lo eres
todo
mientras se trate de amor,
calmante de mi dolor
cauterizas
como el yodo.
Cuando empino mucho el codo
y me atormenta “el
ratón”,
vienes a ser Venadón,
Cortal y
Cafiaspirina
y serías Penicilina
de exigirlo la ocasión.
En las fiestas por
igual
surge tu amor poderoso
y allí eres vaso
espumoso
de la “rubia siempre igual”.
Eres un fox
tropical
y el terror de cualquier suegra;
tu chispa tanto me
alegra
que en loca algarabía
me sabe tu compañía
a
whisky Etiqueta Negra.
Y al regresar a mi
casa
con el coco desquiciado,
la rasca pronto me pasa
si
estás conmigo a mi lado.
Y al apoyar mi cabeza
en
tu pecho, con pasión,
me invade una comezón
cuando
tu labio me besa,
y otra vez con fuerza empieza
a latir mi
corazón.
Y late de tal manera
tan
convulso y tumultuoso
que paso la noche entera
inquieto,
triste y nervioso.
Y es tal el desvelo arpío
que al filo
de la mañana,
suena como una campana
tu corazón
junto al mío.

La
Roza
Allá en la falda
azul de la montaña,
donde hilvanan las sombras su
ropaje,
la faz del cielo su postrer paisaje
y el silencio su
lóbrega guadaña.
Mil raudos haces de
fulmíneas luces
han bañado de sangre el horizonte,
y
una sierpe de fuego horada el monte
sembrando un cementerio de
ígneas cruces.
Es la roza que avanza
incontenible,
es la lumbre letal y destructora,
es el fuego
final impredecible
y una angustia total que nos devora.
La roza que devasta y
aniquila
es como el alma cuando está intranquila.

A
Ramón Delfín Pantera
Por razones que no acato
a Ramón Delfín Pantera,
en vez de llamarlo “El
Gato”
debían llamarlo “La Fiera”.
Del oso tiene el
bramido
la soberbia del león
y es un tigre
enfurecido
cuando en una discusión
se burla de su
apellido.
Cuantos, Ramón, no
quisieran
como emblema de postín,
ser de las selvas...
!Pantera!
y de los mares !Delfín!.

A
Rafael Gedeón
Hirsuto, enmarañado,
zarzo el pelo,
de carnero y Foxterrier entreverado,
adórnanle
la testa del borlado
que maneja con saña el escalpelo.
Verbo fácil,
malicia y mucho vuelo
al predicho doctor Dios le ha brindado,
pero
el no los maneja con desvelo
y un patuco en el coco se ha formado.
Rafucho Gedeón yo
te aseguro
que si tu pelo es indomable y duro,
tu lengua en
cambio es rápida y certera,
Y la mueves con tal
habilidad,
que conviertes en falsa primavera
el avanzado otoño
de tu edad.

A
Luis Jose Clavier Brito
“El Poeta”
Aquel a quien la muerte
lo respeta,
en la vida lo llaman...“el Poeta”
Ante ti, Luis José,
se han estrellado
dos docenas de médicos famosos
que
años atrás habían diagnosticado
“El Poeta
está listo para el foso”
Y te burlastes de ellos
con el gozo
que de tu cuerpo corpulento emana
y empatabas la
noche a la mañana
jugando y trasnochando como un mozo.
Y como un roble está,
firme la veta
del corazón que nutre a este poeta
que al
vendaval resiste en su julepe.
Y cuando al fin el Diablo
se las cobre
lo hallará con un vaso Tío Pepe
jugando
una manita de Pandoble.

Amable
Espina
Parece poco probable
una
espina que no inquina
y no pueda ser amable
a no ser Amable
Espina.
Pero la mente imagina
la
verdad irrebatible:
si toda espina es temible
es temible Amable
Espina.
Me valgo de la
ocasión
para decir lo que digo,
por esta
contradicción
del afectísimo amigo.

A
Rosa Alida J.
Cada hombre tiene una
llave,
cada mujer una puerta;
debe pues vivir alerta
quien
esa puerta vigila,
pues si no se despabila
muy pronto la tiene
abierta.
Y una vez la luz se
inserta
en el espacio interior,
la Rosa que estaba yerta
se
trocará en viva flor,
porque al abrirse la puerta
entró
por ella el amor.
Entonces tú, Rosa
Alida,
botón convertido en flor,
gozarás mas de
la vida
siendo flor y no botón.

A
Maritza Carvajal
(Acróstico)
Maritza Carvajal, el
barco mío
Arribó a la ensenada que tu celas
Rendido
el Capitán, rotas las velas
I sin timón ni luces mi
navío,
Tu quieres conducirlo? Os lo confío,
Zarpa
en él, pero súrcele las velas,
Antes que se hunda el
barquichuelo mío.
Comanda, Capitana, mi
velero
Allende el mar al horizonte umbrío,
Restaña
mi dolor porque no quiero
Ver en el tuyo el sufrimiento mío.
A
dónde, dime, vas? Tu derrotero
Jamás al puerto irá
en su desvarío;
Abre mi corazón y en un
lucero
Levanta el vuelo con tu amor y el mío.

Abel
Polibio Cifuentes
(Acróstico)
Artífice en los
gestos generosos
Bellos y nobles, multiforme Abel;
Es la hora
de tu siglo, clamorosos,
Los cien años cabalgan en tropel.
Pasaste con pié
firme y frente erguida
Ostentando en las rutas de tu vida
La
inconmovible fe, blasón del justo,
I es hora Abel de que a
tu nombre augusto
Badajo de cien voces de gloria preste,
I que,
desde las torres mas lejanas,
Oren por tus cien años cien
campanas.
Cuanta veneración,
cuanto respeto
I sabor a virtud en tu memoria
Fidalgo Don Abel,
para tu gloria
Un trozo de Carrara y un soneto.
En mármol
esculpir tu trayectoria
Nimbada por la fuerza de tu vida:
Tu
corazón al norte, al sur tus brazos
Eficientes al bien y
tus pupilas
Siguiendo desde arriba nuestros pasos

Yo
Cerca del mar, con tu
recuerdo a solas
me asusta la verdad de tu grandeza,
sentirme
tan pequeño en la tristeza
frente al sordo estampido de las
olas.
Después de
sacudidas y cabriolas
verlas lamer la orilla con pereza
y
pensar que, en el fondo de mi tristeza,
tiene el ritmo voluble de
las olas.
Y estar triste es amar,
amar un poco,
saber y no saber, volverse loco,
ante esa
dualidad de lo inseguro.
Escudriñar ansioso
el infinito,
mesarse los cabellos muy, muy duro
cada vez
sentirse mas chiquito.

Tú
Y tú, la
inexorable, la inclemente,
impones sin piedad tu dictadura
y
desatas la frágil ligadura,
muy frágil para atarnos
fuertemente.
Te temes a ti misma,
bruscamente
avivas y sofocas la aventura,
eres una inquietísima
criatura
que quieres un instante solamente.
Pero la quiero así,
loca e insensata,
cascabel de rumores y gemidos,
chiquilla que
atormenta mis sentidos
y un vendaval en mi pasión desata.
Y la quiero también
porque me mata
el doble pespuntear de su aventura:
después
que me acaricia con ternura
¡me araña el corazón
como una gata!

En
Los Doce Años De
Maria Antonieta Sierra Cifuentes
Tienes la piel color de
avellana,
el alma fresca, pura y lozana
como la espuma que
agita el pez,
y tus doce años querida hermana,
son doce
perlas con que engalanas
los doce versos de tu niñez.
Llega la tarde, la noche
asoma,
tus ojos claros ya no lo son,
hay en el aire un cálido
aroma
y en tus pupilas se esconde el sol.
Lo inquieto y ágil
de tu silueta,
tus ojos verdes como la mar,
Dios te dio todo
María Antonieta
y cuando grande podrás volar.

Por
Vivir En Un Pent House
Mi hermano Abel
Cifuentes, el mayor,
está en estos momentos en apuros,
pues
tiene en la terraza superior
instalado un grupito de zamuros.
Mi cuñada Isabel,
“Isabelita”,
consciente de la grave situación,
ha
propuesto regar agua bendita
para evitar se agrave la cuestión.
Según ella el
problema está candente
y se debe impedir urgentemente
se
llegue a perpetrar algún delito,
porque mi hermano Abel
está tan flaco
que teme no calmar el apetito
de aquellos
insaciables pajarracos.
Intranquilo, confuso,
desvelado,
y con razón, Abel, está en apuros
porque
es triste sentirse amenazado
por un hambriento grupo de zamuros.
A mi modo de ver, la
solución
no reviste mayor impedimento:
que Abel venda el
nefasto apartamento
y cese así esta horrible situación.
Porque de lo contrario yo
aseguro
que si no vende Abel su propiedad
se expone a que en un
rapto de crueldad
lo vuelvan picadillo los zamuros.
Su familia se encuentra a
la deriva
ante esta horripilante perspectiva.

A
Nefiza Contreras Uzcátegui
Que tremendo problema,
cara amiga,
me has planteado al pedirme que te diga
mi sincera
opinión
acerca de esos versos que has escrito
con amor,
con tristeza y con el grito,
que brota de tu herido corazón.
Pero el mundo es así,
tarde o temprano
el amor y el dolor se dan la mano,
tornándose
benigna la pasión.
Es la tarde, Nefiza,
y es la noche en
que ya no se divisa,
cuantas veces oculto tras la risa
palpita
un dolorido corazón.
Y ahora paso a decirte lo
que opino:
volcaste en esos versos tu ansiedad
que son el
eslabón de tu destino
que sutura tu amarga soledad.
Si sigues transitando esa
vereda,
hallarás que al final de tu camino
lo que vale
en la vida es lo que queda.
Un entusiasta aplauso a
la poetisa
y un abrazo cordial para Nefiza.

El
Liceo San José de Los Teques
Entre tétricos
pinos escondido,
con aspecto anticuado y polvoriento
se
levanta azotado por el viento
el Liceo tan odiado y tan querido.
Por sus largos y
anticuados corredores
alumbrados con luces mortecinas
van
rondando unas sombras viperinas
ataviadas con lúgubres
colores.
Imposible parece y es
verdad
que en este claustro de sopor y miedo
almas hay que no
ven la libertad.
Almas que buscan sin
cesar salida,
almas que gimen pero triste y quedo,
almas
oscuras como sol sin vida.

A
Josefina París Ylsin
(Acróstico)
Juro por Dios y por mi
amor te juro
O por el Sol que alumbra el Universo,
Salir por tu
belleza de este apuro
En el que estoy improvisando un
verso
Formaré con tus letras un testigo
I por el pediré
justa propina:
No me tengas tan solo como amigo,
Amigos, tienes
muchos, Josefina.
Pero habiendo tu nombre
terminado
Agregarle debiera el apellido;
Ruégote pues
pensar en lo enunciado
I acceder al capricho que te pido...
Sabes
tú que en amor nada es pecado?
Y aunque fuese, no lo
eches al olvido,
Lo mas triste es estar enamorado
SIN lograr
del amor lo apetecido.
En vista de que mi
cacumen no me dio la inspiración suficiente,
tuve que condensar las tres últimas letras del apellido Ylsin,
malogrando de paso la exacta definición de un acróstico,
en el que obligatoriamente tiene que ser un verso por cada letra.
Pero...

En el Album de
Cruz Adela Candiales
Si yo fuera minero,
si
tuviera en mis manos el tesoro
que acaricia en sus manos el
joyero
cuando lo incrusta entre arabescos de oro,
sin tardanza
pondría sobre tu cuello
nácar, carey y perlas de
oriente,
coronaría tu frente
de brillantes
y para tus
cabellos
que son en tu cabeza áureo tesoro,
abriría
generoso mis caudales
para vaciar en ellos todo el oro.
Y por gustar de las
extrañas cosas
quiero ser millonario, ser tirano,
y
encadenar con piedras fabulosas
esa blancura frágil de tus
manos.
Y todo lo que es negro y
lo que es rojo,
lo que tenga de sombra y de lucero
lo prendería
en tus labios y en tus ojos
si yo fuera minero.

Cuando
Se Tienen 20 Años
Ante el mármol
intocado de su carne viva y pura
la inquietud de mis sentidos era
aguda tentación
y mis manos se arrastraban por su elástica
cintura,
hasta el vértice moreno de la punta del pezón.
* * *
Como dos potros salvajes
rienda suelta en la llanura,
como dos gatos hambrientos en la
pista de un ratón,
como dos buitres cayeron mis dos manos
en la dura
apoteósica blancura que le cubre el corazón.
* * *
Mis pupilas se cerraron y
el espectro de la duda,
de pensar que cual mis manos en la densa
oscuridad,
bien pudieran otras manos solazarse en la
desnuda
epidermis que en la sombra se ilumina de ansiedad.
* * *
Nunca prive en tus
sentidos el escrúpulo virtuoso
con que tantos acorazan su
mentida condición;
si a través de tus arterias corre
un río tormentoso
aprovecha y dale paso, dale paso al
venturoso
huracán que por tus venas estremece al corazón.

El
Icaro de Andrés Beltrán
(A Soledad Mendoza)
Estoy pensando en ti,
serenamente,
con la serenidad que a ti te falta
pues la falta
de un hijo es absorbente
y de todas las faltas la mas alta.
Imposible vivir
indiferente
a la presión que lo fatal resalta
que se
torna mas áspera y mas alta
porque la falta es alta y
permanente.
Me dio la prensa la
versión doliente
y en ti pensé por el muchacho
ausente
que trepó por los aires al vacío.
Y
sufrí, Soledad, con tu dolencia
porque un hijo fugado hacia
la ausencia
es agua limpia que se lleva el río.

Morrocoy
en Palacio
Oigo un múltiple
berrido
y escucho el ronco concierto
de tantas “chivas” de
muerto
que al capitolio han venido.
Los muertos todos se han
ido
pero las “chivas” quedaron
y en un batallón
volaron
el portón capitolino,
¡Oh lámpara
de Aladino,
decidnos cuántas entraron!
Doquiera mi ojo
avizor
clava su astuta mirada,
allí una “chiva”
sentada
está rajando licor.
Yo me estremezco de horror
y
no concibo en la mente
que este animal mal oliente,
verdugo de
la montaña,
se faje a rajar champaña
con tanta
gente decente.
Del elíptico
salón
a la pila luminosa,
no hay un pedazo de loza
sin
un chivato mirón.
Fracs de la Federación
se ven
en distintos puntos:
unos, angostos y opacos,
y otros anchos de
conjunto,
dejan ver que eran mas flacos
o mas gordos los
difuntos.
Del rebaño que
bailaba
ni uno guardó la etiqueta,
pues si era fiel la
chaqueta,
el resto infiel les quedaba:
la camisa les
nadaba,
estallaba el pantalón
y como por sugestión
la
realidad se hace sueño,
yo confundí aquel salón
con
un rincón caroreño.
¡Chivas! dijo, sin
dudar,
Caracciolo a la sordina
¡Chivas! repitió
Medina
no me puedo equivocar.
¿Chivas?, preguntó
al entrar
Prado, y en cuanto lo oyeron,
y a su paso le
rindieron,
honores, salvas, y vivas,
mil voces le
respondieron:
¡Sí señor, son todas “chivas”!
Hubo en fin tanto
enchivado
en aquel baile en cuestión,
que tomó
por conclusión
de mi canto trasnochado,
un diálogo
muy versado
que con semblante risueño
llevaban con gran
empeño
y a modo de distracción,
un coriano de
salón
y un chivato caroreño:
Coriano
¿Que te parece mi
hermano,
jamás yo pude pensar
que aquí pudiese
encontrar
tanto producto coriano.
Conozco, como mi mano,
todo
el estado Falcón,
hay chivas sin compasión
por mi
madre te lo juro,
pero también te aseguro
que hay más
en este salón.
Caroreño
Estamos de quien a
quien
pues tú sabrás que en mi tierra,
en la paz
como en la guerra,
hay chivas al cien por cien.
Sin embargo yo
también
al ver esto me confundo
y con sinsabor
profundo
voy a decirte en confianza
que aquí están
formando alianza...
¡Todas las “chivas” del mundo. !

Vocación
Frustrada
Yo pensaba estudiar
ingeniería,
profesión que de chico me gustaba,
y
aunque siempre seguirla yo pensaba,
jamás pensé en
los números ni un día.
Pero era sin embargo mi
manía
hacerme constructor de cualquier modo,
pues a
falta de real mi casa haría
y teniendo mi casa.... tendría
todo.
Así de esa
fantástica manera
trazaba yo mis planes venideros
sin
pensar que los pobres ingenieros
tenían un fuerte escollo
en la carrera.
Mi clara vocación
se puso oscura
y por no aventurarme demasiado,
a la vez me
inscribí en arquitectura
y en artículo extremis...
ABOGADO.
Y al ir a comprobar el
resultado
casi me salta el corazón del pecho:
en los
números fácil aplazado
y fácil aprobado en el
Derecho.
Y seguiré Derecho,
al fin y al cabo
aspiro solamente a cortar cola,
pues no puede
cortar oreja y rabo
quien estudia la ley por carambola.

Al
Dr. Santiago Hernández
Médico y Poeta
Estimado colega, desde
aquesta,
ciudad por hoy apática y lluviosa,
le remito la
epístola propuesta
titulada “Una noche borrascosa”
Y me dirijo a usted, caro
colega,
porque tengo la horrible presunción
de que algo
en mis costillas se despega
haciéndome crujir el esternón.
Y usted comprenderá
que ese jueguito
aunque a veces resulta sabrosito,
no es del
todo normal,
porque llega un momento inesperado
en que cruje a
compás todo el costado
moviéndose hasta el hueso
occipital.
A julio, el pobre Julio,
le ha tocado
en exceso pagar su adversidad:
tiene el ojo
derecho desplazado,
el izquierdo lo tiene amoratado,
y camina
con gran dificultad.
Usted recordará
que el presumía
de cierta distinción,
pero ahora,
doctor, yo le diría
que de tal presunción le
quedaría
si acaso un diez por ciento en discusión.
A David, en verdad, no le
fue mal
pues tiene, que yo sepa, solamente
un chichón en
la frente
y una ostensible distensión bucal.
Pero se ha vuelto tosco y
agresivo
y dice, hablando a solas,
que su constante estado
depresivo
le causa un evidente mal humor,
pues como tiene
hinchadas las dos bolas
su pene se ha quedado sin motor.
A la “Negra” Isabel
se le han caído
dos dientes incisivos y un molar,
perdió
el dedo del centro y por descuido
parece que también tiene
perdidos
el índice, el meñique y el pulgar.
Y en resumidas cuentas,
si a ver vamos,
de los siete que andábamos estamos
exentos
de fracturas solo tres:
el paisano José, de
Queniquea,
quien en el aire gritó ¡Maldita sea!
y
enterró la cabeza de una vez.
Edmundo es el segundo que
tampoco
pasó muchos apuros; se hizo el loco
y loco y
todo supo ir al hospital.
Después no se acordaba de mas
nada
y al notar su demencia disipada
usted diagnosticó:
“Amnesia parcial”
He aquí pues el
exacto panorama,
de aquel desliz que me mantiene en cama
bajo
estricto control,
y por mas que mi vista horada el monte
no
vislumbro en el tétrico horizonte
ni un rayito de sol.
Y contra usted, doctor,
recaiga el peso
de aquel lance fatal,
pues aunque usted del
transe salió ileso
por su culpa tomamos en exceso
de
aquel ron tan sabroso y sin igual.
Solamente a usted, caro
galeno
se le ocurre comprar un ron tan bueno.
Junio de 1945.
Los integrantes:
Dr. Santiago Hernández (médico)
Dr. Edmundo Chesnié (ingeniero petrolero)
Julio Ricci Olivares
David Ricci Olivares
José Duarte
“La negra Isabel”
Conrado Cifuentes

A
Masritziña de Pérez Castrillo
Masritziña, “La
Cuchi”, que es nativa
de ese Brasil vibrante y ardoroso,
un
soneto me ha dicho que le escriba
y escribiéndolo estoy con
alborozo.
Y aunque deba subirme en
un corozo
culminaré la hazaña que me toca,
formando
de estos versos un retozo
que ofrendaré, gustoso, a La
Carioca.
Y en cuanto a Oscar, su
esposo, tiene un tino,
que cual un cazador no falla un trazo
y
al llegar a Brasil le tiró el lazo
y enlazada la trajo a
este destino.
Y yo puedo afirmar, sin
protocolo,
que el Brasil, sin “La Cuchi”, quedó solo.
Estando en una fiesta
en casa de Oscar Y Masritziña se presentó ella
y con
su acostumbrada sonrisa me dijo: corrige tus versos porque
yo no
nací en Río sino en Sao Paulo y por tanto no soy
Carioca sino Paulista.
Después de unos cuantos tragos y
casi al amanecer, logré la corrección del caso:
Desde mi punto de
vista
si el que escribe se equivoca,
no dejas de ser
Paulista
porque él te llame Carioca.
Pero aunque el error
subsista
la diferencia es muy poca,
porque una mujer Carioca
no
es menos que una Paulista
El corregir es
simplista
y en este caso me toca:
Tú en Sao Paulo eres
Paulista
pero en Caracas... Carioca
Y si el portugués
se aliña
y cambias piña por peña,
si allá
tu eres Masritziña
aquí serás... Mas Ruiseña.

Pandora
(Acróstico)
Por esta pizpireta
chiquilina
de cerebro mayor que su tamaño
Alzo mi
vaso y brindo a la sordina
porque ella está cumpliendo el
primer año.
Nace de soledad
que la ilumina
y le imprime a su voz un dejo extraño
De
donde aunque la niña aun no camina
habla ya del futuro y
del antaño.
Oh Dios de los
poetas dadme ahora
luz para terminar este soneto
Rendido
a los encantos de Pandora.
Si me das esa luz yo te
prometo
Abstenerme de verso que no aflora
y elogiar a
Pandora en el terceto.

Frustación
Mujer sin alma,
mujer
causante de mi desvelo,
si tienes alma de hielo
popsicle
te has de volver.
Respóndeme frigider
porque eres tan
despiadada,
porqué chinita malvada
con tu frialdad me
torturas,
¿Porque alientas mis locuras
si no me piensas
dar nada?
Algo en tí
precipitó
mis ataques iniciales
que estando yo en mis
cabales
no pensaras como yo.
Esto me desconcertó
con
rapidez prematura,
mi brusca temperatura en
vez de bajar
subió,
y el corazón me falló
en lo que
espabila un cura.
Y cuando falla esta
pieza
tu bien lo sabes, mi amor,
se desajusta el motor
todo
a fallar empieza.
Hay quien pierde la cabeza
como me ha
ocurrido a mí,
que desde que la perdí
mi vida era
sencilla
se ha vuelto una pesadilla
de tanto pensar en tí.
Y este terco
pensamiento
de tal modo me obsesiona,
que ya ni el freno
funciona
para calmar mi lamento.
Aunque tú “no comes
cuento”,
por mi madre te aseguro
que si eres un hueso duro
y
mi quijada se atasca,
tendré que decir “no masca”
para
salir del apuro.
Dios sabe que esta
verdad
de los quicios me ha sacado,
podías haberme
mascado
por pura curiosidad,
mas tú, por perversidad,
ni
siquiera a eso te aplicas
pues bien, si no me masticas,
intentad
tragarme al menos
pues los extractos tan buenos
escasean en las
boticas.
Muy tarde he
reconocido
el mucho mal que me has hecho:
tengo el corazón
desecho
como el casabe molido.
Tu eres la línea
Sigfrido,
muy difícil de tomar,
ni un tanque podrá
arrasar
con tu corazón de roca,
ni nunca oiré de
tu boca
“por allá” puedes entrar.
Como la cosa ya es
larga
y empieza a ser fastidiosa,
dejemos así la
cosa
para aligerar la carga.
Si yo fuera Pedro Vargas
música
a esto le pondría
y al diablo le pediría
con todo
mi corazón
te diera una indigestión
que te dure
cuatro días.
Pues te respondo mi
vida
que al cuarto día sin comer,
aunque no me puedas
ver
me “mascarás” en seguida,
y entonces... función
corrida,
ya nada nos detendrá;
tu orgullo
descenderá
desde su altísimo vuelo,
y aquello que
tanto anhelo
por fin se me otorgará.
No interpretes mi
pedido
como algo desmesurado:
pues si estás siempre a mi
lado
es normal lo que te pido.

Amor
Enconado
Cuando estoy junto a tí,
no se si estoy,
al dejarte tu estás siempre a mi lado
pues
cuando pienso en tí no se quien soy
porque todo a tu
arbitrio lo he dejado.
Todo mi ser se torna
enfurecido
por querer sofocar a todo evento
este dulce sufrir
que es un tormeto
y este andar por la vida sin sentido.
Caminar por las sombras
sin camino
este estar trás de ti sin alcanzarte
y
hundirme en un violento torbellino
al lograr el martirio de
besarte.
Porque entonces ¡Maldita
hechicería!
por un beso me atrapas en tus redes
y
consigues de mí lo que tu quieres
sin yo poder lograr lo
que quería.

El
Dominocista Zamarro
Para el soltero solución
muy viva,
a su novia le dice con dolor:
“Como hoy tenemos
junta directiva
no podemos estar juntos, mi amor”.
Como sabe
que el viernes hay partida
prepara de antemano otra razón:
“Ya
no encuentro que hacer, esto no es vida,
lo indicado es cambiar de
profesión.”
Para el casado, en
cambio, es diferente,
pues el juego es pretexto inteligente
para
justificar una escapada:
Cuando llega al hogar de madrugada
y
lo increpa agriamente su costilla
le da un beso ardoroso en la
mejilla
y le dice con calma nó, nó, nó...
tu
estás completamente equivocada
“yo estaba jugandito al
dominó.”

A
Carmencita
Carmencita si pudiera,
dedicarte como mías
de los mas grandes poetas, las mejores
poesías
en este album las copiara,
por tu cara,
por
tu gracia que es tan tuya, por tu acento musical,
por tu boca,
Carmencita,
que al reir es mas bonita,
porque tiene tu sonrisa
las dulzuras del panal.
* *
*
Por tus manos, manos
blancas, sugestivas, deliciosas,
que nos dicen, sin hablarnos, del
encanto de las cosas,
y por tu alma sobre todo yo copiara en
selección,
de los mas grandes poetas la mejor
inspiración,
pues me consta, Carmencita,
que resultas
mas bonita,
porque abonas con ternura lo que siembra el corazón.

Celos
Me está doliendo
el corazón, no sé
si en realidad el corazón
existe,
pero comprendo que me siento triste
y solo sabe el
corazón por qué.
A la vez que una voz me
grita Fé,
hay otra que protesta y se resiste
y en esta
lucha interna que me asiste,
me sigo hundiendo y sin saber por
qué.
Y porqué he de
sufrir, ¿Porqué, hasta cuando,
ha de verme reir y no
llorando,
si reir, por reir, es mi tortura?
Y aunque el alma me
sangre, bien lo sé,
he de seguir sonriendo en mi amargura
y
solo sabe el corazón por qué.

Al
Primo Abel Mejía
(Acróstico)
Al primo, que
tesonero,
buscó y alegró el numeral
elévole
-lisonjero-
la esencia de un madrigal.
Más que del
médico, empero
estimo su señorial:
justo, noble y
caballero
i aunque al mal ataca fiero
Abel no conoce el mal.

A
Luz Belén
Que bien te cuadra el
nombre, Luz Belén,
porque la luz en tí se ha
desbordado
caminas por las sombras sin cuidado
porque a tu paso
todo se ve bien.
Para tu amante Andrés,
varón domado,
serás siempre la estrella de Belén.

La
Cochina de Enrique Gómez Escobar
El bardo Enrique Gómez
Escobar
astuto trovador de rima fina
siente gran aversión
por la cochina
porque ella le produce malestar.
De ese tosco animal de
los chiqueros,
de aliento nauseabundo y pestilente
el bardo que
presume de ingeniero
dice que es un porcino inteligente.
Sin embargo la gresca se
origina
cuando el está jugando al Dominó
y tiene
es su poder a “La cochina”.
Entonces gruñe y
grita exacerbado
y con razón maldice al Dominó
porque
su compañero es tarado
y con gran satisfacción se la
mató.

La
Querida Hacienda
Un trebol amarrillo de
caminos
abierto sobre el lomo de la falda,
y al costado del
valle de esmeralda
el callejón de los absortos pinos.
Las hojas secas cubren
los caminos
y hay jolgorio en los sauces centenarios
cuando en
la copa triste de los pinos
se oye el dulce silvar de los
canarios.
Un murmullo otoñal
llega a mi oido,
blando ovillo de luz, cinta de seda,
camino de
agua que entre riscos rueda
murmurando su voz de bienvenido.
Es el mismo Bomboy, en la
rompiente
vedlo agitar campanas con la bris,
cual si quisiera
del caudal batiente
que se adelgaza bajo el viejo puente,
entre
espumas enviarme una sonrisa.
Y sobre el cielo de la
pajarera,
repleta de arrendajos y turpiales,
enrolla en su
garganta una palmera
el suavísimo olor de los panales.
Al fondo del jardín,
frente a la gruta,
rezongando el latín y papiamento,
se
traba laberíntica disputa
porque Lorenza, la cotorra
chuta,
no quiere echarle al periquito un cuento.
Y toda esta triunfal
algarabía
va a romper su clamor en la arboleda,
donde el
guayjano con su voz muy queda
abre un paréntesis de
melancolía.
Como el cariño a
recordar me incita,
cuando pienso en la fuente que palpita
y el
pajaro que anida sobre el muro;
y cuando miro el surco que se
agita
bajo el paso del buey y bajo el duro
sol que abrasa la
bóveda infinita.
Y en ese murallón
de vieja piedra
quien sabe cuanta historia hay enredada
y
cuanta en los crespones de esa yedra,
que yace en esa piedra
abandonada
Así la hacienda,
la querida hacienda,
la casona de antiguos corredores,
con sus
rústicos bancos y sus flores
y la charla jovial de la
leyenda
con que el peón ameniza sus labores
Oh callada mansión,
cuánto te evoco,
cuánto he deseado en alas del
cariño
volver a aquella edad de niño loco,
cuando
la vida nos importa poco
ni a ella le importa lo que piense un
niño.
Tu fuistes un dulce rato
de mi infancia
y hoy que os rindo este pálido
homenaje,
saludo en tus recuerdos la fragancia
y en tus
fértiles campos el paisaje.
Y es mi anhelo mas caro y
mas sincero
volver de nuevo al predio hospitalario,
donde el
sueño es botija de luceros
y el despertar un triunfo de
canarios.
Es la tierra quien llama,
campo abierto,
mar intenso de los cañavelares,
oro
viejo en la flor de los maizales
y sol para soñar siempre
despierto.
¡Volver!, Volver de
nuevo a la alquería,
volver sobre mis pasos olvidados
y
en tus campos inmensos y soleados
remover las cenizas de otros
días.
¡Retornar a la casa
bien amada
y ofrendártelo todo que no es nada
ante el
recuerdo que se vuelve vida,
se agiganta en mi pecho que no
olvida
y crepita como una llamarada...!

A
Herminia Fernández
Nuestra amiga y vecina
pandoblera,
que no es por cierto oriunda de Caracas,
nos trajo
un regalito de primera
compuesto de dos sápidas hallacas.
Cécil, que come
mas que parturienta,
al ver que eran de corta dimensión
me
dijo muy tranquila y muy contenta:
“Herminia me las trajo a mi
las dos.”
Y con una actitud muy
distinguida
acorde con sus dotes de humildad,
las dos hallacas
se engulló en seguida
y entonó una canción de
Navidad...
en cuyo contenido generoso
expresábase
así:
Herminia, por favor, dame este gozo:
haz dos
grandes hallacas a mi esposo
y yo pongo el onoto y el ají.
Y pese a este derroche de
mi esposa
hay quien dice que es poco generosa,
mas yo que la
conozco desde antaño
afirmo que así ocurre todo el
año.

El
Dominó Es Un Juego Apasionante
El Dominó es un
juego apasionante
que exige un cierto esfuerzo de la mente;
es
un juego analítico, frustrante,
que se torna confuso de
repente.
Señor dominocista
su atención:
de el que es su compañero esté
pendiente,
si él piensa en su jugada largamente
es que
no halla a su problema solución.
Existen normas férreas,
implacables,
pero ayúdelo usted con su experiencia,
pues
en el Dominó lo indescifrable
se resuelve con tino y
“sapiencia”.
Mas si uno ve que el
triunfo es imposible
sugiero por mi veteranía
que lo
indicado, lógico y plausible
es llamar, dando gritos, a ...
María.

Para
Conrado Jr.
El clásico soneto,
el verdadero,
aquél de concepción dificultosa,
el
qué además de pródigo es austero
y es de rima
sutil y generosa.
Aquél que no se
aleja del sendero
que conviene a su marcha rumorosa,
aquél
que en el contaje es muy severo
para que troque en verso los que
es prosa.
El que tenga catorce o
diez y siete,
o doce que es lo mas acostumbrado
no es factor
que al soneto compromete.
Lo que importa, Conrado,
lo esencial,
es lograr con los versos lo deseado
e imprimirle
un acento musical.
Julio 29, 1989.

Mi
Curriculum Vitae
Soy un saco de múltiples
despojos
por mis muy averiadas condiciones:
sensibles cataratas
en los ojos
y el enfisema ataca mis pulmones.
Un colon muy maltrecho,
avejentado,
a la par de un constante estreñimiento;
la
próstata es problema de cuidado
y cunde por doquiera el
desaliento.
Ante ese cuadro clínico,
agresivo,
el corazón, cansado, se resiente,
pero no
obstante me mantengo vivo
mientras el cuerpo se hunde lentamente.
Hoy cumplo mis tres
cuartos de cupón
y pese a que estoy muy
deteriorado,
arribar al 2.000 es mi obsesión
con Daniel,
con Cecilia y con Conrado.
Si logro conquistar tal
perspectiva
lucharé hasta la muerte... “mientras viva”
7 de Julio, 1996.

Saldrás
A Pescar
Si el Señor llega
a su hogar
y su mujer está ausente,
Lo lógico y
conducente
es que él se vaya a “pescar”.
Y si pescando se topa
un
pescado apetitoso,
pues y diga entre copa y copa...
¡Que
pescado tan sabroso!
24 de Julio, 1989.

Día
Del Pobre Enamorado
A las doce llegué
al apartamento
muerto de hambre de sed y de calor
¿Si mi
esposa no está en este aposento,
donde estará mi
esposa por favor?
Dada su edad tan
avanzada, espero
que no haya cometido un desafuero,
porque yo,
que subsisto por su amor,
¡si no vuelve les juro que me
muero!
14 de Febrero, 1994.

La Mas Bella De Las Yanes
De las Yanes la mas bella,
la mas rica, la mas moza,
tiene el fulgor de una estrella
y es alta, esbelta y hermosa.
Entre las flores sin
par,
tiene el cutis de la rosa,
la albura del malabar
y al
andar es voluptuosa
e imprime a su marcha airosa
la elegancia
del jaguar.
Mil hombres tuvo en su
vida
y ninguno le gustó;
fue por todos perseguida
y a
todos los rechazó.
Mas cuando extrañada
vio
su juventud extinguida,
dio un brusco vuelco a su vida
y
en seguida se casó.
De esta mujer “tan
sufrida”
el Paganini fui yo.
Atención:
Se obsequiará un pasaje a Charallave
al que adivine el
nombre de esta chica.
27 de Septiembre, 1995.
Resucita
Tanta presión
sentí en las coronarias
y me impactó tan fuerte el
corazón
que en vez de contratar la funeraria
a la
“Morgue” me fui sin dilación.
Y algo extraño
en la “Morgue” me ocurrió,
pues me sentí de
nuevo como un roble
y en la primera mano de Pan Doble,
el dolor
por completo... se quitó.
12 de Agosto, 1989.

A Isabel
A Isabel, la chiquilla
que escapó de un vergel
yo quisiera un tributo de eterno
gracejo
enmarcar sus encantos en la luz de un espejo,
que
refleje la estampa de la bella Isabel.
Si mi pluma pudiera
describir su portento,
yo diría que en sus labios el
lenguaje es de flores,
tienen alas las frases y es tan dulce el
acento
que parecen brotarle de la voz ruiseñores.
Sobre su alma no quiero
concebir ni una estrofa
porque es negra la tinta y es tan blanco
el papel,
que tal vez sean mis versos una mancha ominosa
en el
álbum que adora la pequeña Isabel.

A
Susana
Cómo me gustas tú
cuando amanece
cuando encuentro las calles tan calladas
que se
vuelven sonoras mis pisadas
y hasta el silencio de las tinieblas
crece.
Cómo al llegar a
ti se desvanece
pronto la noche y surge la alborada,
¡Cómo
me gustas tú en la madrugada
y estar cerca de ti cuando
amanece!
Y cuando irrumpe el sol y
desdeñosa
te asomas al fulgor del nuevo día,
hay
en ti una atracción maravillosa
porque estás mas
sensual y voluptuosa
totalmente a mi lado todavía...
Y tras la larga noche de
embeleso
deduzco del ardor de tu mirada,
que quieres reavivar
la madrugada
con el embrujo cálido de un beso.

Cortijar...
Liana viene de liar y de
enredar
de donde cortejar es tan prolijo
que aquel que bien se
quiera enamorar
que intente cortejar a la Cortijo
Nota: Este
verso fue añadido post-mortem!
Ni a Conrado ni a Daniel se les había ocurrido preguntarle a Liana
si ella tenía algún verso. Aunque no había nada por escrito, Liana se recordaba de
éste...
El nombre es cortesia de Daniel, ya que el verso carece de nombre.
FIN!