la vida en verso

Poemario de Conrado Cifuentes (Padre)


- Recopilación Abril 1997 - por Cecilia, Conrado y Daniel -


Al Primogénito

El Amor

A Yolanda Shat

En El Album de Dulce María R.

En El Álbum De Elvira Ondaya
(Parte I)

En El Álbum De Elvira Ondaya
(Parte II)

TúLo Eres Todo

La Roza

A Ramón Delfín Pantera

A Rafael Gedeón

A Luis Jose Clavier Brito
“El Poeta”

Amable Espina

A Rosa Alida J.

A Maritza Carvajal
(Acróstico)

Abel Polibio Cifuentes
(Acróstico)

Yo

En Los Doce Años De
Maria Antonieta Sierra Cifuentes

Por Vivir En Un Pent House

A Nefiza Contreras Uzcátegui

El Liceo San José de Los Teques

A Josefina París Ylsin
(Acróstico)

En el Album de
Cruz Adela Candiales

Cuando Se Tienen 20 Años

El Icaro de Andrés Beltrán
(A Soledad Mendoza)

Morrocoy en Palacio

Vocación Frustrada

Al Dr. Santiago Hernández
Médico y Poeta

A Masritziña de Pérez Castrillo

Pandora
(Acróstico)

Frustación

Amor Enconado

El Dominocista Zamarro

A Carmencita

Celos

Al Primo Abel Mejía
(Acróstico)

A Luz Belén

La Cochina de Enrique Gómez Escobar

La Querida Hacienda

A Herminia Fernández

El Dominó Es Un Juego Apasionante

Para Conrado Jr.

Mi Curriculum Vitae

Saldrás A Pescar

Día Del Pobre Enamorado

La Mas Bella De Las Yanes

Resucita

A Isabel

A Susana

Cortijar...

Al Primogénito

Me pediste, Conrado, que reuniera
versos que andaban por allí dispersos,
y entre esos versos malos escogiera
los menos malos de los tales versos.

Escogencia que entiendo a mi manera
difícil de lograr,
pues aunque no son versos de primera
yo no encuentro cuál de ellos desechar.

En vista de esta duda que me asiste
no he podido mis nervios aplacar
y estoy desorientado, torvo y triste,
desvelado y con ganas de llorar.

Por eso, primogénito querido,
te agradezco que olvides lo pedido.

El Amor

Ese término, Amor, tan inconcreto,
difícil de explicar a la carrera
trataré de esbozar a mi manera
en este semiclásico soneto:

Al amor ningún método previene
e impone condiciones a su dueño:
cuando uno va a comer, hambre no tiene
y si uno va a dormir... no tiene sueño.

Quien quiera adelgazarse, sin temor
en consecuencia puede recurrir
a la dieta más fácil... el amor.

Y el amor, por ventura, a nadie mata
y si uno de ese mal ha de morir,
no importa, por amor, meter la pata.

Mas si alguien por tal fin la muerte hubiere
Dichoso aquel que por su amor se muere.

A Yolanda Shat

Esta sin par Yolanda de la endrina
y casi inverosímil cabellera,
que de tanto ser negra uno imagina
que la antedicha auténtica no fuera.

Yo tengo la impresión de que es genuina,
pero la duda a mi cerebro aflora
porque Eugenio me dijo a la sordina
que en su esposa había pasta de pintora.

Y si puede pintar esto y aquello
y el pincel lo maneja con soltura,
pues es falso el color de su cabello
y el azul de sus ojos es pintura.

E inmolando de un todo a la walquiria
falso es también su proceder, se infiere,
porque Yolanda dice que es de Siria
y Eugenio afirma que es... de Aguerrevere.

En El Album de Dulce María R.

Estoy tratando aquí, Dulce María,
de exprimir mi precaria fantasía
y darte de mis versos lo mejor,
pero injusta verdad, aunque queriendo,
por el mismo querer me va saliendo
lo versos sin estilo y sin color.

Por eso yo quisiera algo imposible:
que la conciencia fuera reversible
y pudiese mostrarse lo interior;
pues leyendo tu allí, Dulce María,
lo que escribe de tú alma el alma mía,
sin dudas admirarías al escritor.

En El Álbum De Elvira Ondaya
(Parte I)

En tus pupilas tiembla la noche,
saben tus labios a uva de playa
y por tu cuerpo color de arena
¿quién linda nena no se desmaya?

Y allí en la orilla, sobre la arena,
junto a las matas de uva de playa,
alzar quisiera con sal morena
un monumento de Elvira Ondaya.

Lo que se dice y lo que se calla,
cual leve gota que se desliza,
viene silvando como la brisa
tras la sonrisa Elvira Ondaya.

Estos ingenuos versos que con gusto escribí para Elvira, allá por los años cuarenta, fueron de su agrado
mas no del de su padre Don Nicanor Ondaya, catalán o vasco de aferrado apego a la época,
cuando a las damas no se les tocaba “ni con el pétalo de una flor”.
Cuando meses después estuve en su casa, lo primero que hizo fue preguntarme...

¿Usted ha besado a mi hija Elvira? ¿Por qué usted pone “Saben tus labios a uva de playa”?
Hágame el favor de rectificar lo que no es cierto, e inmediatamente me trajo el álbum de Elvira.
Yo, con la timidez y la falta de cancha de los 20 años, ante tal situación quedé confuso y conturbado
y, después de larga meditación, logré a medias enmendar el capote...

En El Álbum De Elvira Ondaya
(Parte II)

Yo no he probado tus labios,
pero viendo su color
se puede sin ser un sabio
adivinar su sabor.

Y excuse Don Nicanor
mi vuelo imaginativo,
pues por hacerlo mejor
siempre añado a lo que escribo
una pizquita de amor.

Fue falso el beso mentado
que me indujo a tal error,
bello beso imaginado
que hoy recuerdo... con amor.

Pese a esta humilde confesión de mi parte, la expresión del rostro de Don Nicanor fue de desagrado.
Creo, si no escuché mal, que la única palabra que emitieron sus labios fue... !Joder!

Tú Lo Eres Todo

Tú eres para mí la vida,
la luz, la fe, la ilusión,
eres llama, eres tizón
y eres antorcha encendida,
eres vela derretida
y candelabro de altar,
eres un faro de mar
que alumbra las penas mías,
bombillo de cien bujías
y hasta pasta de afeitar.

Para mi tú lo eres todo
mientras se trate de amor,
calmante de mi dolor
cauterizas como el yodo.
Cuando empino mucho el codo
y me atormenta “el ratón”,
vienes a ser Venadón,
Cortal y Cafiaspirina
y serías Penicilina
de exigirlo la ocasión.

En las fiestas por igual
surge tu amor poderoso
y allí eres vaso espumoso
de la “rubia siempre igual”.
Eres un fox tropical
y el terror de cualquier suegra;
tu chispa tanto me alegra
que en loca algarabía
me sabe tu compañía
a whisky Etiqueta Negra.

Y al regresar a mi casa
con el coco desquiciado,
la rasca pronto me pasa
si estás conmigo a mi lado.

Y al apoyar mi cabeza
en tu pecho, con pasión,
me invade una comezón
cuando tu labio me besa,
y otra vez con fuerza empieza
a latir mi corazón.

Y late de tal manera
tan convulso y tumultuoso
que paso la noche entera
inquieto, triste y nervioso.
Y es tal el desvelo arpío
que al filo de la mañana,
suena como una campana
tu corazón junto al mío.

La Roza

Allá en la falda azul de la montaña,
donde hilvanan las sombras su ropaje,
la faz del cielo su postrer paisaje
y el silencio su lóbrega guadaña.

Mil raudos haces de fulmíneas luces
han bañado de sangre el horizonte,
y una sierpe de fuego horada el monte
sembrando un cementerio de ígneas cruces.

Es la roza que avanza incontenible,
es la lumbre letal y destructora,
es el fuego final impredecible
y una angustia total que nos devora.

La roza que devasta y aniquila
es como el alma cuando está intranquila.

A Ramón Delfín Pantera

Por razones que no acato
a Ramón Delfín Pantera,
en vez de llamarlo “El Gato”
debían llamarlo “La Fiera”.

Del oso tiene el bramido
la soberbia del león
y es un tigre enfurecido
cuando en una discusión
se burla de su apellido.

Cuantos, Ramón, no quisieran
como emblema de postín,
ser de las selvas... !Pantera!
y de los mares !Delfín!.

A Rafael Gedeón

Hirsuto, enmarañado, zarzo el pelo,
de carnero y Foxterrier entreverado,
adórnanle la testa del borlado
que maneja con saña el escalpelo.

Verbo fácil, malicia y mucho vuelo
al predicho doctor Dios le ha brindado,
pero el no los maneja con desvelo
y un patuco en el coco se ha formado.

Rafucho Gedeón yo te aseguro
que si tu pelo es indomable y duro,
tu lengua en cambio es rápida y certera,

Y la mueves con tal habilidad,
que conviertes en falsa primavera
el avanzado otoño de tu edad.

A Luis Jose Clavier Brito
“El Poeta”

Aquel a quien la muerte lo respeta,
en la vida lo llaman...“el Poeta”

Ante ti, Luis José, se han estrellado
dos docenas de médicos famosos
que años atrás habían diagnosticado
“El Poeta está listo para el foso”

Y te burlastes de ellos con el gozo
que de tu cuerpo corpulento emana
y empatabas la noche a la mañana
jugando y trasnochando como un mozo.

Y como un roble está, firme la veta
del corazón que nutre a este poeta
que al vendaval resiste en su julepe.

Y cuando al fin el Diablo se las cobre
lo hallará con un vaso Tío Pepe
jugando una manita de Pandoble.

Amable Espina

Parece poco probable
una espina que no inquina
y no pueda ser amable
a no ser Amable Espina.

Pero la mente imagina
la verdad irrebatible:
si toda espina es temible
es temible Amable Espina.

Me valgo de la ocasión
para decir lo que digo,
por esta contradicción
del afectísimo amigo.

A Rosa Alida J.

Cada hombre tiene una llave,
cada mujer una puerta;
debe pues vivir alerta
quien esa puerta vigila,
pues si no se despabila
muy pronto la tiene abierta.

Y una vez la luz se inserta
en el espacio interior,
la Rosa que estaba yerta
se trocará en viva flor,
porque al abrirse la puerta
entró por ella el amor.

Entonces tú, Rosa Alida,
botón convertido en flor,
gozarás mas de la vida
siendo flor y no botón.

A Maritza Carvajal
(Acróstico)

Maritza Carvajal, el barco mío
Arribó a la ensenada que tu celas
Rendido el Capitán, rotas las velas
I sin timón ni luces mi navío,
Tu quieres conducirlo? Os lo confío,
Zarpa en él, pero súrcele las velas,
Antes que se hunda el barquichuelo mío.

Comanda, Capitana, mi velero
Allende el mar al horizonte umbrío,
Restaña mi dolor porque no quiero
Ver en el tuyo el sufrimiento mío.
A dónde, dime, vas? Tu derrotero
Jamás al puerto irá en su desvarío;
Abre mi corazón y en un lucero
Levanta el vuelo con tu amor y el mío.

Abel Polibio Cifuentes
(Acróstico)

Artífice en los gestos generosos
Bellos y nobles, multiforme Abel;
Es la hora de tu siglo, clamorosos,
Los cien años cabalgan en tropel.

Pasaste con pié firme y frente erguida
Ostentando en las rutas de tu vida
La inconmovible fe, blasón del justo,
I es hora Abel de que a tu nombre augusto
Badajo de cien voces de gloria preste,
I que, desde las torres mas lejanas,
Oren por tus cien años cien campanas.

Cuanta veneración, cuanto respeto
I sabor a virtud en tu memoria
Fidalgo Don Abel, para tu gloria
Un trozo de Carrara y un soneto.
En mármol esculpir tu trayectoria
Nimbada por la fuerza de tu vida:
Tu corazón al norte, al sur tus brazos
Eficientes al bien y tus pupilas
Siguiendo desde arriba nuestros pasos

Yo

Cerca del mar, con tu recuerdo a solas
me asusta la verdad de tu grandeza,
sentirme tan pequeño en la tristeza
frente al sordo estampido de las olas.

Después de sacudidas y cabriolas
verlas lamer la orilla con pereza
y pensar que, en el fondo de mi tristeza,
tiene el ritmo voluble de las olas.

Y estar triste es amar, amar un poco,
saber y no saber, volverse loco,
ante esa dualidad de lo inseguro.

Escudriñar ansioso el infinito,
mesarse los cabellos muy, muy duro
cada vez sentirse mas chiquito.

Y tú, la inexorable, la inclemente,
impones sin piedad tu dictadura
y desatas la frágil ligadura,
muy frágil para atarnos fuertemente.

Te temes a ti misma, bruscamente
avivas y sofocas la aventura,
eres una inquietísima criatura
que quieres un instante solamente.

Pero la quiero así, loca e insensata,
cascabel de rumores y gemidos,
chiquilla que atormenta mis sentidos
y un vendaval en mi pasión desata.

Y la quiero también porque me mata
el doble pespuntear de su aventura:
después que me acaricia con ternura
¡me araña el corazón como una gata!

En Los Doce Años De
Maria Antonieta Sierra Cifuentes

Tienes la piel color de avellana,
el alma fresca, pura y lozana
como la espuma que agita el pez,
y tus doce años querida hermana,
son doce perlas con que engalanas
los doce versos de tu niñez.

Llega la tarde, la noche asoma,
tus ojos claros ya no lo son,
hay en el aire un cálido aroma
y en tus pupilas se esconde el sol.

Lo inquieto y ágil de tu silueta,
tus ojos verdes como la mar,
Dios te dio todo María Antonieta
y cuando grande podrás volar.

Por Vivir En Un Pent House

Mi hermano Abel Cifuentes, el mayor,
está en estos momentos en apuros,
pues tiene en la terraza superior
instalado un grupito de zamuros.

Mi cuñada Isabel, “Isabelita”,
consciente de la grave situación,
ha propuesto regar agua bendita
para evitar se agrave la cuestión.

Según ella el problema está candente
y se debe impedir urgentemente
se llegue a perpetrar algún delito,
porque mi hermano Abel está tan flaco
que teme no calmar el apetito
de aquellos insaciables pajarracos.

Intranquilo, confuso, desvelado,
y con razón, Abel, está en apuros
porque es triste sentirse amenazado
por un hambriento grupo de zamuros.

A mi modo de ver, la solución
no reviste mayor impedimento:
que Abel venda el nefasto apartamento
y cese así esta horrible situación.

Porque de lo contrario yo aseguro
que si no vende Abel su propiedad
se expone a que en un rapto de crueldad
lo vuelvan picadillo los zamuros.

Su familia se encuentra a la deriva
ante esta horripilante perspectiva.

A Nefiza Contreras Uzcátegui

Que tremendo problema, cara amiga,
me has planteado al pedirme que te diga
mi sincera opinión
acerca de esos versos que has escrito
con amor, con tristeza y con el grito,
que brota de tu herido corazón.

Pero el mundo es así, tarde o temprano
el amor y el dolor se dan la mano,
tornándose benigna la pasión.
Es la tarde, Nefiza,
y es la noche en que ya no se divisa,
cuantas veces oculto tras la risa
palpita un dolorido corazón.

Y ahora paso a decirte lo que opino:
volcaste en esos versos tu ansiedad
que son el eslabón de tu destino
que sutura tu amarga soledad.

Si sigues transitando esa vereda,
hallarás que al final de tu camino
lo que vale en la vida es lo que queda.

Un entusiasta aplauso a la poetisa
y un abrazo cordial para Nefiza.

El Liceo San José de Los Teques

Entre tétricos pinos escondido,
con aspecto anticuado y polvoriento
se levanta azotado por el viento
el Liceo tan odiado y tan querido.

Por sus largos y anticuados corredores
alumbrados con luces mortecinas
van rondando unas sombras viperinas
ataviadas con lúgubres colores.

Imposible parece y es verdad
que en este claustro de sopor y miedo
almas hay que no ven la libertad.

Almas que buscan sin cesar salida,
almas que gimen pero triste y quedo,
almas oscuras como sol sin vida.

A Josefina París Ylsin
(Acróstico)

Juro por Dios y por mi amor te juro
O por el Sol que alumbra el Universo,
Salir por tu belleza de este apuro
En el que estoy improvisando un verso
Formaré con tus letras un testigo
I por el pediré justa propina:
No me tengas tan solo como amigo,
Amigos, tienes muchos, Josefina.

Pero habiendo tu nombre terminado
Agregarle debiera el apellido;
Ruégote pues pensar en lo enunciado
I acceder al capricho que te pido...
Sabes tú que en amor nada es pecado?

Y aunque fuese, no lo eches al olvido,
Lo mas triste es estar enamorado
SIN lograr del amor lo apetecido.

En vista de que mi cacumen no me dio la inspiración suficiente,
tuve que condensar las tres últimas letras del apellido Ylsin,
malogrando de paso la exacta definición de un acróstico,
en el que obligatoriamente tiene que ser un verso por cada letra. Pero...

En el Album de
Cruz Adela Candiales

Si yo fuera minero,
si tuviera en mis manos el tesoro
que acaricia en sus manos el joyero
cuando lo incrusta entre arabescos de oro,
sin tardanza pondría sobre tu cuello
nácar, carey y perlas de oriente,
coronaría tu frente
de brillantes
y para tus cabellos
que son en tu cabeza áureo tesoro,
abriría generoso mis caudales
para vaciar en ellos todo el oro.

Y por gustar de las extrañas cosas
quiero ser millonario, ser tirano,
y encadenar con piedras fabulosas
esa blancura frágil de tus manos.

Y todo lo que es negro y lo que es rojo,
lo que tenga de sombra y de lucero
lo prendería en tus labios y en tus ojos
si yo fuera minero.

Cuando Se Tienen 20 Años

Ante el mármol intocado de su carne viva y pura
la inquietud de mis sentidos era aguda tentación
y mis manos se arrastraban por su elástica cintura,
hasta el vértice moreno de la punta del pezón.

* * *

Como dos potros salvajes rienda suelta en la llanura,
como dos gatos hambrientos en la pista de un ratón,
como dos buitres cayeron mis dos manos en la dura
apoteósica blancura que le cubre el corazón.

* * *

Mis pupilas se cerraron y el espectro de la duda,
de pensar que cual mis manos en la densa oscuridad,
bien pudieran otras manos solazarse en la desnuda
epidermis que en la sombra se ilumina de ansiedad.

* * *

Nunca prive en tus sentidos el escrúpulo virtuoso
con que tantos acorazan su mentida condición;
si a través de tus arterias corre un río tormentoso
aprovecha y dale paso, dale paso al venturoso
huracán que por tus venas estremece al corazón.

El Icaro de Andrés Beltrán
(A Soledad Mendoza)

Estoy pensando en ti, serenamente,
con la serenidad que a ti te falta
pues la falta de un hijo es absorbente
y de todas las faltas la mas alta.

Imposible vivir indiferente
a la presión que lo fatal resalta
que se torna mas áspera y mas alta
porque la falta es alta y permanente.

Me dio la prensa la versión doliente
y en ti pensé por el muchacho ausente
que trepó por los aires al vacío.
Y sufrí, Soledad, con tu dolencia
porque un hijo fugado hacia la ausencia
es agua limpia que se lleva el río.

Morrocoy en Palacio

Oigo un múltiple berrido
y escucho el ronco concierto
de tantas “chivas” de muerto
que al capitolio han venido.

Los muertos todos se han ido
pero las “chivas” quedaron
y en un batallón volaron
el portón capitolino,
¡Oh lámpara de Aladino,
decidnos cuántas entraron!

Doquiera mi ojo avizor
clava su astuta mirada,
allí una “chiva” sentada
está rajando licor.
Yo me estremezco de horror
y no concibo en la mente
que este animal mal oliente,
verdugo de la montaña,
se faje a rajar champaña
con tanta gente decente.

Del elíptico salón
a la pila luminosa,
no hay un pedazo de loza
sin un chivato mirón.
Fracs de la Federación
se ven en distintos puntos:
unos, angostos y opacos,
y otros anchos de conjunto,
dejan ver que eran mas flacos
o mas gordos los difuntos.

Del rebaño que bailaba
ni uno guardó la etiqueta,
pues si era fiel la chaqueta,
el resto infiel les quedaba:
la camisa les nadaba,
estallaba el pantalón
y como por sugestión
la realidad se hace sueño,
yo confundí aquel salón
con un rincón caroreño.

¡Chivas! dijo, sin dudar,
Caracciolo a la sordina
¡Chivas! repitió Medina
no me puedo equivocar.
¿Chivas?, preguntó al entrar
Prado, y en cuanto lo oyeron,
y a su paso le rindieron,
honores, salvas, y vivas,
mil voces le respondieron:
¡Sí señor, son todas “chivas”!

Hubo en fin tanto enchivado
en aquel baile en cuestión,
que tomó por conclusión
de mi canto trasnochado,
un diálogo muy versado
que con semblante risueño
llevaban con gran empeño
y a modo de distracción,
un coriano de salón
y un chivato caroreño:


Coriano

¿Que te parece mi hermano,
jamás yo pude pensar
que aquí pudiese encontrar
tanto producto coriano.
Conozco, como mi mano,
todo el estado Falcón,
hay chivas sin compasión
por mi madre te lo juro,
pero también te aseguro
que hay más en este salón.


Caroreño

Estamos de quien a quien
pues tú sabrás que en mi tierra,
en la paz como en la guerra,
hay chivas al cien por cien.
Sin embargo yo también
al ver esto me confundo
y con sinsabor profundo
voy a decirte en confianza
que aquí están formando alianza...
¡Todas las “chivas” del mundo. !

Vocación Frustrada

Yo pensaba estudiar ingeniería,
profesión que de chico me gustaba,
y aunque siempre seguirla yo pensaba,
jamás pensé en los números ni un día.

Pero era sin embargo mi manía
hacerme constructor de cualquier modo,
pues a falta de real mi casa haría
y teniendo mi casa.... tendría todo.

Así de esa fantástica manera
trazaba yo mis planes venideros
sin pensar que los pobres ingenieros
tenían un fuerte escollo en la carrera.

Mi clara vocación se puso oscura
y por no aventurarme demasiado,
a la vez me inscribí en arquitectura
y en artículo extremis... ABOGADO.

Y al ir a comprobar el resultado
casi me salta el corazón del pecho:
en los números fácil aplazado
y fácil aprobado en el Derecho.

Y seguiré Derecho, al fin y al cabo
aspiro solamente a cortar cola,
pues no puede cortar oreja y rabo
quien estudia la ley por carambola.

Al Dr. Santiago Hernández
Médico y Poeta

Estimado colega, desde aquesta,
ciudad por hoy apática y lluviosa,
le remito la epístola propuesta
titulada “Una noche borrascosa”

Y me dirijo a usted, caro colega,
porque tengo la horrible presunción
de que algo en mis costillas se despega
haciéndome crujir el esternón.

Y usted comprenderá que ese jueguito
aunque a veces resulta sabrosito,
no es del todo normal,
porque llega un momento inesperado
en que cruje a compás todo el costado
moviéndose hasta el hueso occipital.

A julio, el pobre Julio, le ha tocado
en exceso pagar su adversidad:
tiene el ojo derecho desplazado,
el izquierdo lo tiene amoratado,
y camina con gran dificultad.

Usted recordará que el presumía
de cierta distinción,
pero ahora, doctor, yo le diría
que de tal presunción le quedaría
si acaso un diez por ciento en discusión.

A David, en verdad, no le fue mal
pues tiene, que yo sepa, solamente
un chichón en la frente
y una ostensible distensión bucal.

Pero se ha vuelto tosco y agresivo
y dice, hablando a solas,
que su constante estado depresivo
le causa un evidente mal humor,
pues como tiene hinchadas las dos bolas
su pene se ha quedado sin motor.

A la “Negra” Isabel se le han caído
dos dientes incisivos y un molar,
perdió el dedo del centro y por descuido
parece que también tiene perdidos
el índice, el meñique y el pulgar.

Y en resumidas cuentas, si a ver vamos,
de los siete que andábamos estamos
exentos de fracturas solo tres:
el paisano José, de Queniquea,
quien en el aire gritó ¡Maldita sea!
y enterró la cabeza de una vez.

Edmundo es el segundo que tampoco
pasó muchos apuros; se hizo el loco
y loco y todo supo ir al hospital.
Después no se acordaba de mas nada
y al notar su demencia disipada
usted diagnosticó: “Amnesia parcial”

He aquí pues el exacto panorama,
de aquel desliz que me mantiene en cama
bajo estricto control,
y por mas que mi vista horada el monte
no vislumbro en el tétrico horizonte
ni un rayito de sol.

Y contra usted, doctor, recaiga el peso
de aquel lance fatal,
pues aunque usted del transe salió ileso
por su culpa tomamos en exceso
de aquel ron tan sabroso y sin igual.

Solamente a usted, caro galeno
se le ocurre comprar un ron tan bueno.

Junio de 1945.

Los integrantes:
Dr. Santiago Hernández (médico)
Dr. Edmundo Chesnié (ingeniero petrolero)
Julio Ricci Olivares
David Ricci Olivares
José Duarte
“La negra Isabel”
Conrado Cifuentes

A Masritziña de Pérez Castrillo

Masritziña, “La Cuchi”, que es nativa
de ese Brasil vibrante y ardoroso,
un soneto me ha dicho que le escriba
y escribiéndolo estoy con alborozo.

Y aunque deba subirme en un corozo
culminaré la hazaña que me toca,
formando de estos versos un retozo
que ofrendaré, gustoso, a La Carioca.

Y en cuanto a Oscar, su esposo, tiene un tino,
que cual un cazador no falla un trazo
y al llegar a Brasil le tiró el lazo
y enlazada la trajo a este destino.

Y yo puedo afirmar, sin protocolo,
que el Brasil, sin “La Cuchi”, quedó solo.

Estando en una fiesta en casa de Oscar Y Masritziña se presentó ella
y con su acostumbrada sonrisa me dijo: corrige tus versos porque
yo no nací en Río sino en Sao Paulo y por tanto no soy Carioca sino Paulista.
Después de unos cuantos tragos y casi al amanecer, logré la corrección del caso:

Desde mi punto de vista
si el que escribe se equivoca,
no dejas de ser Paulista
porque él te llame Carioca.

Pero aunque el error subsista
la diferencia es muy poca,
porque una mujer Carioca
no es menos que una Paulista

El corregir es simplista
y en este caso me toca:
Tú en Sao Paulo eres Paulista
pero en Caracas... Carioca

Y si el portugués se aliña
y cambias piña por peña,
si allá tu eres Masritziña
aquí serás... Mas Ruiseña.

Pandora
(Acróstico)

Por esta pizpireta chiquilina
de cerebro mayor que su tamaño
Alzo mi vaso y brindo a la sordina
porque ella está cumpliendo el primer año.

Nace de soledad que la ilumina
y le imprime a su voz un dejo extraño
De donde aunque la niña aun no camina
habla ya del futuro y del antaño.

Oh Dios de los poetas dadme ahora
luz para terminar este soneto
Rendido a los encantos de Pandora.

Si me das esa luz yo te prometo
Abstenerme de verso que no aflora
y elogiar a Pandora en el terceto.

Frustación

Mujer sin alma, mujer
causante de mi desvelo,
si tienes alma de hielo
popsicle te has de volver.
Respóndeme frigider
porque eres tan despiadada,
porqué chinita malvada
con tu frialdad me torturas,
¿Porque alientas mis locuras
si no me piensas dar nada?

Algo en tí precipitó
mis ataques iniciales
que estando yo en mis cabales
no pensaras como yo.
Esto me desconcertó
con rapidez prematura,
mi brusca temperatura en
vez de bajar subió,
y el corazón me falló
en lo que espabila un cura.

Y cuando falla esta pieza
tu bien lo sabes, mi amor,
se desajusta el motor
todo a fallar empieza.
Hay quien pierde la cabeza
como me ha ocurrido a mí,
que desde que la perdí
mi vida era sencilla
se ha vuelto una pesadilla
de tanto pensar en tí.

Y este terco pensamiento
de tal modo me obsesiona,
que ya ni el freno funciona
para calmar mi lamento.
Aunque tú “no comes cuento”,
por mi madre te aseguro
que si eres un hueso duro
y mi quijada se atasca,
tendré que decir “no masca”
para salir del apuro.

Dios sabe que esta verdad
de los quicios me ha sacado,
podías haberme mascado
por pura curiosidad,
mas tú, por perversidad,
ni siquiera a eso te aplicas
pues bien, si no me masticas,
intentad tragarme al menos
pues los extractos tan buenos
escasean en las boticas.

Muy tarde he reconocido
el mucho mal que me has hecho:
tengo el corazón desecho
como el casabe molido.
Tu eres la línea Sigfrido,
muy difícil de tomar,
ni un tanque podrá arrasar
con tu corazón de roca,
ni nunca oiré de tu boca
“por allá” puedes entrar.

Como la cosa ya es larga
y empieza a ser fastidiosa,
dejemos así la cosa
para aligerar la carga.
Si yo fuera Pedro Vargas
música a esto le pondría
y al diablo le pediría
con todo mi corazón
te diera una indigestión
que te dure cuatro días.

Pues te respondo mi vida
que al cuarto día sin comer,
aunque no me puedas ver
me “mascarás” en seguida,
y entonces... función corrida,
ya nada nos detendrá;
tu orgullo descenderá
desde su altísimo vuelo,
y aquello que tanto anhelo
por fin se me otorgará.

No interpretes mi pedido
como algo desmesurado:
pues si estás siempre a mi lado
es normal lo que te pido.

Amor Enconado

Cuando estoy junto a tí, no se si estoy,
al dejarte tu estás siempre a mi lado
pues cuando pienso en tí no se quien soy
porque todo a tu arbitrio lo he dejado.

Todo mi ser se torna enfurecido
por querer sofocar a todo evento
este dulce sufrir que es un tormeto
y este andar por la vida sin sentido.

Caminar por las sombras sin camino
este estar trás de ti sin alcanzarte
y hundirme en un violento torbellino
al lograr el martirio de besarte.

Porque entonces ¡Maldita hechicería!
por un beso me atrapas en tus redes
y consigues de mí lo que tu quieres
sin yo poder lograr lo que quería.

El Dominocista Zamarro

Para el soltero solución muy viva,
a su novia le dice con dolor:
“Como hoy tenemos junta directiva
no podemos estar juntos, mi amor”.
Como sabe que el viernes hay partida
prepara de antemano otra razón:
“Ya no encuentro que hacer, esto no es vida,
lo indicado es cambiar de profesión.”

Para el casado, en cambio, es diferente,
pues el juego es pretexto inteligente
para justificar una escapada:
Cuando llega al hogar de madrugada
y lo increpa agriamente su costilla
le da un beso ardoroso en la mejilla
y le dice con calma nó, nó, nó...
tu estás completamente equivocada
“yo estaba jugandito al dominó.”

A Carmencita

Carmencita si pudiera, dedicarte como mías
de los mas grandes poetas, las mejores poesías
en este album las copiara,
por tu cara,
por tu gracia que es tan tuya, por tu acento musical,
por tu boca, Carmencita,
que al reir es mas bonita,
porque tiene tu sonrisa las dulzuras del panal.

* * *

Por tus manos, manos blancas, sugestivas, deliciosas,
que nos dicen, sin hablarnos, del encanto de las cosas,
y por tu alma sobre todo yo copiara en selección,
de los mas grandes poetas la mejor inspiración,
pues me consta, Carmencita,
que resultas mas bonita,
porque abonas con ternura lo que siembra el corazón.

Celos

Me está doliendo el corazón, no sé
si en realidad el corazón existe,
pero comprendo que me siento triste
y solo sabe el corazón por qué.

A la vez que una voz me grita Fé,
hay otra que protesta y se resiste
y en esta lucha interna que me asiste,
me sigo hundiendo y sin saber por qué.

Y porqué he de sufrir, ¿Porqué, hasta cuando,
ha de verme reir y no llorando,
si reir, por reir, es mi tortura?

Y aunque el alma me sangre, bien lo sé,
he de seguir sonriendo en mi amargura
y solo sabe el corazón por qué.

Al Primo Abel Mejía
(Acróstico)

Al primo, que tesonero,
buscó y alegró el numeral
elévole -lisonjero-
la esencia de un madrigal.

Más que del médico, empero
estimo su señorial:
justo, noble y caballero
i aunque al mal ataca fiero
Abel no conoce el mal.

A Luz Belén

Que bien te cuadra el nombre, Luz Belén,
porque la luz en tí se ha desbordado
caminas por las sombras sin cuidado
porque a tu paso todo se ve bien.

Para tu amante Andrés, varón domado,
serás siempre la estrella de Belén.

La Cochina de Enrique Gómez Escobar

El bardo Enrique Gómez Escobar
astuto trovador de rima fina
siente gran aversión por la cochina
porque ella le produce malestar.

De ese tosco animal de los chiqueros,
de aliento nauseabundo y pestilente
el bardo que presume de ingeniero
dice que es un porcino inteligente.

Sin embargo la gresca se origina
cuando el está jugando al Dominó
y tiene es su poder a “La cochina”.

Entonces gruñe y grita exacerbado
y con razón maldice al Dominó
porque su compañero es tarado
y con gran satisfacción se la mató.

La Querida Hacienda

Un trebol amarrillo de caminos
abierto sobre el lomo de la falda,
y al costado del valle de esmeralda
el callejón de los absortos pinos.

Las hojas secas cubren los caminos
y hay jolgorio en los sauces centenarios
cuando en la copa triste de los pinos
se oye el dulce silvar de los canarios.

Un murmullo otoñal llega a mi oido,
blando ovillo de luz, cinta de seda,
camino de agua que entre riscos rueda
murmurando su voz de bienvenido.

Es el mismo Bomboy, en la rompiente
vedlo agitar campanas con la bris,
cual si quisiera del caudal batiente
que se adelgaza bajo el viejo puente,
entre espumas enviarme una sonrisa.

Y sobre el cielo de la pajarera,
repleta de arrendajos y turpiales,
enrolla en su garganta una palmera
el suavísimo olor de los panales.

Al fondo del jardín, frente a la gruta,
rezongando el latín y papiamento,
se traba laberíntica disputa
porque Lorenza, la cotorra chuta,
no quiere echarle al periquito un cuento.

Y toda esta triunfal algarabía
va a romper su clamor en la arboleda,
donde el guayjano con su voz muy queda
abre un paréntesis de melancolía.

Como el cariño a recordar me incita,
cuando pienso en la fuente que palpita
y el pajaro que anida sobre el muro;
y cuando miro el surco que se agita
bajo el paso del buey y bajo el duro
sol que abrasa la bóveda infinita.

Y en ese murallón de vieja piedra
quien sabe cuanta historia hay enredada
y cuanta en los crespones de esa yedra,
que yace en esa piedra abandonada

Así la hacienda, la querida hacienda,
la casona de antiguos corredores,
con sus rústicos bancos y sus flores
y la charla jovial de la leyenda
con que el peón ameniza sus labores

Oh callada mansión, cuánto te evoco,
cuánto he deseado en alas del cariño
volver a aquella edad de niño loco,
cuando la vida nos importa poco
ni a ella le importa lo que piense un niño.

Tu fuistes un dulce rato de mi infancia
y hoy que os rindo este pálido homenaje,
saludo en tus recuerdos la fragancia
y en tus fértiles campos el paisaje.

Y es mi anhelo mas caro y mas sincero
volver de nuevo al predio hospitalario,
donde el sueño es botija de luceros
y el despertar un triunfo de canarios.

Es la tierra quien llama, campo abierto,
mar intenso de los cañavelares,
oro viejo en la flor de los maizales
y sol para soñar siempre despierto.

¡Volver!, Volver de nuevo a la alquería,
volver sobre mis pasos olvidados
y en tus campos inmensos y soleados
remover las cenizas de otros días.

¡Retornar a la casa bien amada
y ofrendártelo todo que no es nada
ante el recuerdo que se vuelve vida,
se agiganta en mi pecho que no olvida
y crepita como una llamarada...!

A Herminia Fernández

Nuestra amiga y vecina pandoblera,
que no es por cierto oriunda de Caracas,
nos trajo un regalito de primera
compuesto de dos sápidas hallacas.

Cécil, que come mas que parturienta,
al ver que eran de corta dimensión
me dijo muy tranquila y muy contenta:
“Herminia me las trajo a mi las dos.”

Y con una actitud muy distinguida
acorde con sus dotes de humildad,
las dos hallacas se engulló en seguida
y entonó una canción de Navidad...
en cuyo contenido generoso
expresábase así:
Herminia, por favor, dame este gozo:
haz dos grandes hallacas a mi esposo
y yo pongo el onoto y el ají.

Y pese a este derroche de mi esposa
hay quien dice que es poco generosa,
mas yo que la conozco desde antaño
afirmo que así ocurre todo el año.

El Dominó Es Un Juego Apasionante

El Dominó es un juego apasionante
que exige un cierto esfuerzo de la mente;
es un juego analítico, frustrante,
que se torna confuso de repente.

Señor dominocista su atención:
de el que es su compañero esté pendiente,
si él piensa en su jugada largamente
es que no halla a su problema solución.

Existen normas férreas, implacables,
pero ayúdelo usted con su experiencia,
pues en el Dominó lo indescifrable
se resuelve con tino y “sapiencia”.

Mas si uno ve que el triunfo es imposible
sugiero por mi veteranía
que lo indicado, lógico y plausible
es llamar, dando gritos, a ... María.

Para Conrado Jr.

El clásico soneto, el verdadero,
aquél de concepción dificultosa,
el qué además de pródigo es austero
y es de rima sutil y generosa.

Aquél que no se aleja del sendero
que conviene a su marcha rumorosa,
aquél que en el contaje es muy severo
para que troque en verso los que es prosa.

El que tenga catorce o diez y siete,
o doce que es lo mas acostumbrado
no es factor que al soneto compromete.

Lo que importa, Conrado, lo esencial,
es lograr con los versos lo deseado
e imprimirle un acento musical.

Julio 29, 1989.

Mi Curriculum Vitae

Soy un saco de múltiples despojos
por mis muy averiadas condiciones:
sensibles cataratas en los ojos
y el enfisema ataca mis pulmones.

Un colon muy maltrecho, avejentado,
a la par de un constante estreñimiento;
la próstata es problema de cuidado
y cunde por doquiera el desaliento.

Ante ese cuadro clínico, agresivo,
el corazón, cansado, se resiente,
pero no obstante me mantengo vivo
mientras el cuerpo se hunde lentamente.

Hoy cumplo mis tres cuartos de cupón
y pese a que estoy muy deteriorado,
arribar al 2.000 es mi obsesión
con Daniel, con Cecilia y con Conrado.

Si logro conquistar tal perspectiva
lucharé hasta la muerte... “mientras viva”

7 de Julio, 1996.

Saldrás A Pescar

Si el Señor llega a su hogar
y su mujer está ausente,
Lo lógico y conducente
es que él se vaya a “pescar”.

Y si pescando se topa
un pescado apetitoso,
pues y diga entre copa y copa...
¡Que pescado tan sabroso!

24 de Julio, 1989.

Día Del Pobre Enamorado

A las doce llegué al apartamento
muerto de hambre de sed y de calor
¿Si mi esposa no está en este aposento,
donde estará mi esposa por favor?

Dada su edad tan avanzada, espero
que no haya cometido un desafuero,
porque yo, que subsisto por su amor,
¡si no vuelve les juro que me muero!

14 de Febrero, 1994.

La Mas Bella De Las Yanes

De las Yanes la mas bella,
la mas rica, la mas moza,
tiene el fulgor de una estrella
y es alta, esbelta y hermosa.

Entre las flores sin par,
tiene el cutis de la rosa,
la albura del malabar
y al andar es voluptuosa
e imprime a su marcha airosa
la elegancia del jaguar.

Mil hombres tuvo en su vida
y ninguno le gustó;
fue por todos perseguida
y a todos los rechazó.

Mas cuando extrañada vio
su juventud extinguida,
dio un brusco vuelco a su vida
y en seguida se casó.

De esta mujer “tan sufrida”
el Paganini fui yo.

Atención: Se obsequiará un pasaje a Charallave
al que adivine el nombre de esta chica.
27 de Septiembre, 1995.

Resucita

Tanta presión sentí en las coronarias
y me impactó tan fuerte el corazón
que en vez de contratar la funeraria
a la “Morgue” me fui sin dilación.

Y algo extraño en la “Morgue” me ocurrió,
pues me sentí de nuevo como un roble
y en la primera mano de Pan Doble,
el dolor por completo... se quitó.

12 de Agosto, 1989.

A Isabel

A Isabel, la chiquilla que escapó de un vergel
yo quisiera un tributo de eterno gracejo
enmarcar sus encantos en la luz de un espejo,
que refleje la estampa de la bella Isabel.

Si mi pluma pudiera describir su portento,
yo diría que en sus labios el lenguaje es de flores,
tienen alas las frases y es tan dulce el acento
que parecen brotarle de la voz ruiseñores.

Sobre su alma no quiero concebir ni una estrofa
porque es negra la tinta y es tan blanco el papel,
que tal vez sean mis versos una mancha ominosa
en el álbum que adora la pequeña Isabel.

A Susana

Cómo me gustas tú cuando amanece
cuando encuentro las calles tan calladas
que se vuelven sonoras mis pisadas
y hasta el silencio de las tinieblas crece.

Cómo al llegar a ti se desvanece
pronto la noche y surge la alborada,
¡Cómo me gustas tú en la madrugada
y estar cerca de ti cuando amanece!

Y cuando irrumpe el sol y desdeñosa
te asomas al fulgor del nuevo día,
hay en ti una atracción maravillosa
porque estás mas sensual y voluptuosa
totalmente a mi lado todavía...

Y tras la larga noche de embeleso
deduzco del ardor de tu mirada,
que quieres reavivar la madrugada
con el embrujo cálido de un beso.

Cortijar...

Liana viene de liar y de enredar
de donde cortejar es tan prolijo
que aquel que bien se quiera enamorar
que intente cortejar a la Cortijo

Nota: Este verso fue añadido post-mortem!
Ni a Conrado ni a Daniel se les había ocurrido preguntarle a Liana
si ella tenía algún verso. Aunque no había nada por escrito, Liana se recordaba de éste...
El nombre es cortesia de Daniel, ya que el verso carece de nombre.

FIN!